Gobierno centralista México 1835 – 1846

Después de los levantamientos armados causados por no respetar las elecciones de 1828, y de la firma de los Convenios de Zavaleta, Manuel Gómez Pedraza asume la presidencia del país el 24 de diciembre de 1832, ocupando así el puesto que había ganado en 1828. Sin embargo, sólo duró tres meses en la presidencia, ya que su gestión durante este corto periodo fue el de concluir el periodo presidencial que constitucionalmente inició en 1828.

Nuevas elecciones presidenciales dan como ganador a Antonio López de Santa Anna como presidente y a Valentín Gómez Farias como vicepresidente, de esta manera el primero de abril de 1833 la historia de los gobiernos centralistas en México comenzó a escribirse.

Valentín Gómez Farias gobernaría el país de forma interina al no presentarse López de Santa Anna a ocupar el cargo. Gómez Farias conduciría de forma liberal el país, con planes de prosperidad que sólo fueron limitados por la falta de capital para llevarlos a cabo, y el enojo de la Iglesia por suprimir todos los privilegios económicos y de tierras que tenía, lo que provoca un levantamiento armado para frenar las reformas liberales de Gómez Farias.

Este levantamiento armado logra que Santa Anna regrese al poder, y por lo tanto, la anulación de las reformas, además disuelve el congreso, lesiona el estado de derecho de los estados que formaban la federación y se declara abiertamente conservador, así comienza la etapa del gobierno centralista en México, que básicamente se resume en que la antigua autonomía con la que gozaban los estados para tomar decisiones por sí mismos fue suprimida, logrando esto con la anulación de la Constitución de 1824 y la creación de un nuevo congreso constituyente, que expediría las leyes o bases del centralismo.

Antonio Lopez de Santa Anna dominó durante todo el centralismo en México, gobernando de forma dictatorial en 11 ocasiones.

 

El 23 de octubre de 1835 se decreta que la nueva reorganización del país abandona el federalismo, para volverse un estado centralista. Posteriormente es reafirmado este principio por las llamadas Siete Leyes Constitucionales Centralistas promulgadas el 30 de diciembre de 1836.

Este cambio de régimen dio pie a diversos conflictos entre los estados de la unión y el centro del poder, esto fue la causa entre muchas otras de la independencia de Texas y de diversos conflictos internos como la separación de la unión de los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y la declaración de independencia de Yucatán.

En esta etapa de la historia de México se vivieron los primeros conflictos internacionales con Francia y los Estados Unidos de América.

La forma de gobierno centralista duró de 1835 a 1846, y a su caída se instaura de nueva cuenta el sistema federalista formándose la Segunda República Federal.



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