Separación de Texas

La instauración del centralismo desencadenó en los habitantes texanos reacciones en contra de esta forma de gobierno, además de ver una oportunidad de obtener la separación de Texas de forma definitiva del resto del país.

La población, en su mayoría de origen anglosajón, comenzó a colonizar la región desde 1823, haciendo uso del permiso otorgado por el Virrey de la Nueva España Juan Ruiz de Apodaca a Moisés Austin, del cual hizo uso su hijo Esteban Austin a la muerte de su padre.

Posteriormente a la Independencia de México, el estado de Coahuila facilitó aún mas la entrada de extranjeros en territorio texano, vendiendo tierras para trabajar y vivir a bajo costo. Fueron principalmente colonos de origen estadounidense los que poblarían esa región.

Para 1832 la población en ese estado alcanzaba aproximadamente 24.700 habitantes, de los cuales 3.400 eran individuos de origen mexicano. Para 1833 Texas pide su separación de Coahuila haciendo que el gobierno mexicano toma medidas para no permitir la entrada de mas estadounidenses mediante una ley decretada en abril de 1835.

Stephen Austin

Al instaurarse la república centralista, los colonos texanos declaran su separación de México, mientras el sistema de gobierno federal y la Constitución de 1824 no se restablecieran. Ya para el 15 de diciembre de 1835 las fuerzas militares texanas atacan y toman las posesiones militares de México en la región, y para el 2 de marzo de 1836 se firma el acta de independencia de la República de Texas, dando así formalidad a los hechos consumados.

Antonio López de Santa Anna se dirige hacia la zona que el gobierno mexicano declaró en rebeldía, con una columna de 6.000 hombres llega el 23 de febrero de 1836 a San Antonio de Bejar, donde fuerzas mexicanas y texanas se enfrentan durante trece días en la llamada batalla de El Álamo, saliendo Antonio López de Santa Anna y sus hombres victoriosos.

Se encaminan en la persecución de Samuel Houston, que con ayuda de los Estados Unidos, que le proporcionó soldados y armas, y de la torpeza de Santa Anna al no tomar precauciones que se deben tomar en tiempos de guerra, es hecho prisionero por los soldados de Houston, lo que pone fin al asedio militar de México mediante la firma de Antonio López de Santa Anna del Tratado de Velasco, que reconocían la separación del territorio texano de México, así como su independencia.

La separación de Texas fue el comienzo del expansionismo estadounidense que desde un inicio vio en este estado la mejor manera de poder anexarse a la unión americana los territorios del norte de México, que desde la época del virreinato de Nueva España anhelaba. La posterior incorporación de la republica texana a los Estados Unidos provocó la confrontación armada de México, que no reconocía la validez de los Tratados de Velasco y que sólo veía en Texas un estado rebelde dentro de la unión.



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