El incidente de la bandera
El incidente de la bandera fue el nombre con el que se recuerda el altercado protagonizado por Antonio Díaz Soto y Gama, que acudió a la Convención de Aguascalientes el 27 de octubre de 1914, en representación de Emiliano Zapata y el Ejército Liberador del Sur.
De los asistentes a la convención, a pesar de la cantidad de personas reunidas, quien llevó toda la carga protagónica fue sin duda el iniciador del incidente, Antonio Díaz Soto y Gama. En la reacción colectiva ocurrida a continuación, el protagonismo se diluye.
Antecedentes
Luego de la dimisión y exilio de Victoriano Huerta, que había ejercido la presidencia de facto al derrocar a Francisco Madero, uno de los principales líderes revolucionarios era Venustiano Carranza, que había sido gobernador del estado de Coahuila, y líder del Movimiento Constitucionalista, alzado contra Huerta. En el norte de México, Francisco Villa había ganado gran influencia como líder de la División del Norte, en tanto que hacia el sur el liderazgo era ejercido por Emiliano Zapata. Conocedor de esto, y enterado de que había diferencias en la manera de concebir y concretar la Revolución, Carranza decide convocar en la Ciudad de México, lo que llamó la “Gran convención de jefes militares con mando de fuerzas y gobernadores de los Estados”. La intención declarada era limar asperezas y llegar a acuerdos.
Ante la convocatoria, se negaron a asistir los representantes de Zapata, ya que no reconocían a Carranza, en tanto que los representantes de Villa no estaban dispuestos a acudir a la ciudad de México. De modo que se trasladó la convención al Teatro Morelos de la ciudad de Aguascalientes, con lo que las delegaciones de Villa y Zapata accedieron a presentarse.
Trasladada la Convención a Aguascalientes, la delegación de Francisco Villa accedió a presentarse, logrando además cursar una invitación a Zapata para que hiciera lo mismo. Zapata en persona no acudió al Teatro Morelos, pero envió un grupo de representantes encabezado por Paulino Martínez y Antonio Díaz Soto y Gama.
La delegación zapatista fue la última en llegar, el 27 de octubre, encontrando que se había establecido que los asistentes debían firmar sobre la bandera nacional, como una especie de gesto de buena voluntad, por el que los asistentes aceptaban entrar a la Convención como una manera de lograr acuerdos. Entre los primeros en estampar su firma, se hallaban Venustiano Carranza, y el jefe del Ejército Constitucionalista, Álvaro Obregón.
Desarrollo de los acontecimientos
Al llegar el turno de la delegación zapatista, Díaz aprovechó la tribuna para cuestionar el gesto, ya que consideraba que la bandera sobre la que debía firmar era reaccionaria, además de representar al clero y a Iturbide (primer gobernante de México que ostentó el título de Emperador). Expresó además que la bandera representaba una “mentira histórica”, a lo cual se oponía la Revolución.
En ese momento, los asistentes consideraron que las palabras de Díaz constituían una falta de respeto inaceptable contra el símbolo patrio. De modo que aquellos hombres, curtidos en combate, procedieron a desenfundar sus armas y apuntar al orador, toda vez que el hombre había alzado en alto la bandera, y el gesto se interpretó como que se disponía a romperla.
Haciendo acopio de serenidad, Díaz indicó a la exaltada multitud que, cuando concluyeran su negocio, él continuaría con el suyo. Continuó con un discurso donde expuso que la bandera se había “santificado” a medida que la república se consolidaba, lo cual fue calmando los ánimos, lo que le permitió a Díaz firmar el pabellón como los demás.
Acontecimientos posteriores
Tiempo después, Díaz expresó que había tenido la intención de poner al descubierto lo que llamó “maniobras de los carrancistas”, que tenían la intención de someter a Villa y Zapata a acuerdos viles. Este incidente es uno de los muchos que pusieron en evidencia las seria diferencias que había entre los líderes de la Revolución Mexicana, que llevaron a distanciamientos (Villa y Zapata) o a enfrentamientos directos (Villa y Carranza).