La Rebelión de Manuel Lozada
La Rebelión de Manuel Lozada fue un brote insurreccional iniciado el 17 de enero de 1873 por el general Manuel Lozada, en Nayarit, contra fuerzas del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, con la intención de un plan de reformas campesinas. Culminó el 19 de julio de ese mismo año.
Los principales protagonistas de la rebelión fueron el mismo Manuel Lozada, y los militares leales al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, que lo combatieron: Ramón Corona y José Cevallos Cepeda.
Antecedentes
Manuel Lozada pertenecía a la etnia cora del occidente mexicano, aunque probablemente era mestizo. De extracción muy humilde, eventualmente se convirtió en un personaje destacado debido a sus acciones como bandolero en la zona de Tepic. Posteriormente cobró cierto prestigio al aliarse con la causa conservadora durante la Guerra de Reforma. A pesar de la victoria liberal, Lozada logró en lo personal algunas victorias militares; por esas fechas se comprometió con la causa agrarista.
Posteriormente, tuvo lugar la Segunda Intervención Francesa en México, que dio origen al Segundo Imperio Mexicano. Siempre enfrentado al gobierno liberal, Lozada se alió con el Imperio, que le retribuyó convirtiendo el Departamento de Tepic en la Provincia de Nayarit.
Lozada retiró su apoyo al Imperio poco antes de que éste fuera derrotado, manteniéndose al margen de las penalizaciones posteriores. Aún así, continuó operando como amo y señor de la región, y manteniendo su ideología conservadora. Sin embargo, a medida que transcurría el tiempo y había necesidad de unificar al país, la posición de Lozada se ubicaba al margen de la Ley. El presidente Lerdo de Tejada no podía permitirse regiones gobernadas por un cacique local, que además no acataba las disposiciones gubernamentales. El 17 de enero de 1873, Lozada proclama el “Plan libertador proclamado en la sierra de Álica por los pueblos unidos del Nayarit”. Lozada estaba convencido de que con su levantamiento podría dar inicio a una Revolución general. En el manifiesto, Lozada era nombrado general en jefe del “Ejército Mexicano Popular Restaurador”.
Desarrollo de los acontecimientos
Lozada invade Jalisco, con la intención de tomar Guadalajara, aproximándose a la ciudad el 27 de enero. Otra columna se dirigió sobre Zacatecas, y una tercera sobre Sinaloa; esta última fue repelida en Rosario. El gobierno toma medidas para detenerlo, y el general Ramón Corona parte con sus tropas al encuentro del llamado “Tigre de Álica”, en un punto cercano a la ciudad, y conocido como La Mojonera. Allí se desencadena una dura batalla, que por momentos parece favorable a Lozada. Pero en cuestión de horas las tropas liberales remontan la situación y la revierten a su favor, logrando repeler el ataque de los insurgentes. Tras esta derrota, y la de Rosario, la columna insurgente que se dirigía a Zacatecas decidió no presentar batalla.
Viéndose diezmado, Lozada decide tomar rumbo de regreso a Nayarit, quizá con la intención de reagruparse. La misión de capturarlo y sofocar la rebelión recayó en el general José Cevallos Cepeda, que persiguió a Lozada, enfrentándose con sus tropas en varias oportunidades, hasta consumar su captura. La rebelión de Lozada llegó a su fin de este modo, con su juicio y fusilamiento el 19 de julio de 1873.
Acontecimientos posteriores
A pesar de lo problemáticas que resultaron las acciones de Lozada en cuanto a la estabilidad del país, se suele considerar que Lozada contribuyó, al menos de modo indirecto, en la creación del estado de Nayarit. Además de ello, sus acciones constituyeron un preludio del descontento que se diseminaría en México entre la población rural, que terminaría agrupándose en movimientos agraristas, que tomarían un papel principalísimo en el estallido de la Revolución Mexicana, en el siglo posterior
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