El abrazo de Acatempan

El abrazo de Acatempan es el nombre por el que se recuerda un gesto histórico que selló el acuerdo entre las fuerzas militares contrarias. Eran las independentistas mexicanas que combatían al sur del país, y los ejércitos que hasta el momento habían combatido como fuerzas realistas. El abrazo entre el líder realista Agustín de Iturbide y el comandante insurgente Vicente Guerrero, el 10 de febrero de 1821, simboliza la alianza entre estos dos ejércitos.

Los protagonistas de este hecho fueron: Agustín de Iturbide, Comandante en Jefe del ejército realista, y Vicente Guerrero, jefe de los insurgentes.

Antecedentes

Félix María Calleja, desde su nombramiento como Jefe Superior en 1813, y luego como virrey en 1814, había tenido una política tan severa, que en muchas ocasiones se le acusó de brutalidad. Logró la captura y ejecución en 1815 del líder insurgente José María Morelos. Con Morelos muerto, las únicas fuerzas insurgentes que quedaban eran lideradas por Vicente Guerrero, al sur del país, y Guadalupe Victoria, en la región de Veracruz.

Calleja tenía en Agustín de Iturbide a uno de sus más eficientes jefes militares, si bien debió destituirlo en 1816 cuando Iturbide fue acusado de actos de corrupción. Poco después, el mismo año de 1816, Calleja fue destituido, principalmente por las quejas de los españoles en el virreinato sobre sus métodos. Por su parte, Iturbide resultó absuelto, aunque no regresó de inmediato a la vida militar, sino que se concentró en negocios particulares.

Con la destitución de Calleja, el virreinato fue asumido por Juan Ruiz de Apodaca, que había sido capitán general en Cuba. Apodaca tomó medidas radicalmente distintas a las de Calleja: en particular ofreció indultos a los insurgentes, aunque pocos de ellos lo aceptaron. En particular, Vicente Guerrero se mantenía en pie de lucha. Además, el virrey decidió adherirse a la Constitución de Cádiz, proclamada en España en 1820. El ambiente constitucionalista hizo temer al clero y a los militares de la Nueva España por sus privilegios. Así tuvo origen una conspiración entre los criollos para lograr la independencia.

Al mismo tiempo, Iturbide había sido llamado por Apodaca para comandar las tropas. De modo que inició una campaña militar hacia el sur, para tratar de negociar con Guerrero o someterlo. Iturbide, de hecho, intentó al principio la opción militar.

Desarrollo de los acontecimientos

Guerrero demostró en batalla su habilidad y conocimiento del terreno, derrotando a los ejércitos de Iturbide. El comandante realista modificó entonces su estrategia: aprovechando la conspiración independentista, le envió a Guerrero una oferta para conformar un solo ejército para la independencia. Pero el insurgente aún desconfiaba, y se negaba a sumarse a la estrategia que le proponían. El 25 de enero de 1821, Iturbide le envía a Guerrero una solicitud de entrevista. La misma iba acompañada de un plan de independencia que luego sería conocido como el Plan de Iguala.

El abrazo de Acatempan

El 10 de febrero de 1821, tiene lugar la reunión de los dos jefes militares, en el pueblo de Acatempan. La proverbial desconfianza de Guerrero ha hecho que algunos historiadores afirmen que no acudió en persona a la entrevista, sino que envió en su lugar a José Figueroa. Se dice que en la conversación Iturbide dejó constancia de la admiración que sentía por Guerrero, en tanto que este manifestó alivio de que Iturbide por fin se uniera a la causa de la independencia, a la que había combatido con tanta ferocidad. El acto simbólico culminante de la entrevista fue el abrazo entre los dos antiguos adversarios.

Acontecimientos posteriores

El abrazo dio inicio a la puesta en acción del Plan de Iguala, y a la formación del Ejército Trigarante (Ejército de las Tres Garantías), que recorrió el territorio recogiendo adhesiones y neutralizando a las tropas que aún se mantenían fieles a la Corona. Estas fueron las acciones que le terminaron de dar forma a la independencia de México, y a la creación del Primer Imperio.